viernes, 30 de diciembre de 2011

Guía para comprar pescado fresco


Como algunos sabéis, Álvaro es nativo de un lugar de la costa, de una localidad pesquera. Para él, la selección de las piezas es una tarea sencilla a la que está acostumbrado desde muy pequeño. Es por esto que le he pedido que comparta esa sabiduría con nosotros y en ellos nos hemos enfrascado hoy. Estas son las pautas que Álvaro cree recomendables para "pescar" las mejores piezas.

Antes de salir al mercado, es aconsejable tener claro qué receta se va a hacer y tener por lo menos, una alternativa en caso de que nos falle nuestra primera opción.
Si nos sentimos creativos siempre podemos salir sin hacer planes y dejar que el mercado nos inspire.


Lo que sí hay que tener en cuenta es que cada variedad tiene su temporada.
Siempre se dijo que por norma general, los meses con "r" son buenos para comprar pescado, aunque este dicho tiene sus excepciones.
En estas fechas podemos encontrar en temporada: bacalao, besugo, lubina... y durante todo el año tenemos el mero, rape, rodaballo o salmón, por ejemplo.

Comprando en temporada solemos obtener una buena relación calidad precio, excepto las navidades, fecha en que los precios suben notablemente. 

Una vez en el mercado, ¿cómo dar con un buen puesto?. En nuestro mercado habitual probablemente sea tarea fácil, pero en un mercado que desconozcamos, un puesto lleno de gente suele ser, en el 99% de los casos, una buena señal. Aún así Álvaro recomienda, antes de aflojar, darse un paseo por el mercado para ver y comparar los distintos precios.

Para diferenciar un pescado bien fresco hay unas pistas clave en las que debemos fijarnos:
  • A simple vista debe tener los ojos saltones y brillantes y las escamas relucientes. Unos ojos lechosos y una pupila gris son indicativos de vejez.
  • Las agallas se verán de un rojo intenso color sangre y se resistirán a abrirse. La carne del pescado estará muy tersa y en ella no debe quedarse la marca de haber hundido el dedo.
  • Al tocarlo, las escamas deberán estar duras y nunca doblarse ni desprenderse.
  • Si su olor recuerda más a amoniaco que a mar, no es fresco, ya que es síntoma de descomposición.
Por último y no menos importante: los vendedores de los mercados, suelen tener por costumbre un trato muy distendido que, en ocasiones, peca de persuasivo. Cuando un vendedor insiste en vendernos su producto suele ser indicativo de que no merezca tanto la pena, como nos quiere hacer creer. No debemos dejarnos llevar por su insistencia  y sí debemos juzgar con conocimiento de lo que es fresco y lo que no lo es.

Una vez en casa es útil recordar que un pescado fresco puede durar un par de días en la nevera y mantener su buen aspecto, pero no estará fresco realmente.

En el congelador podemos mantenerlo hasta 3 meses.

Esperamos que esta pequeña guía sea de ayuda y por último desearos una feliz Navidad a todos y todas.

3 comentarios:

  1. como se nota que Alvaro es un verdadero experto en todo eso del buen comer. enhorabuena por el blog , es moderno, atractivo y sobre todo muy útil

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  2. por cierto, excelente fotografía. Felicitaciones a los diseñadores de la pag/blog.

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  3. Muchas gracias Anónimo.
    Gracias por tus palabras y feliz año.

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